Uno de los activos más preciados de los bancos es la seguridad. Contar con las herramientas necesarias para proteger tanto datos como bienes, es una exigencia actual de cualquier entidad financiera alrededor del mundo.

Existe una relación estrecha entre la intromisión física y los robos de datos, por eso tener un sistema de seguridad físico adecuado, repercute en el ámbito digital y minimiza los riesgos de vulneración de datos. Si no hay una sinergia, el robo de información o documentación en las oficinas o demás espacios de los bancos, puede terminar en ataques cibernéticos futuros.

Según McAfee Corp, empresa estadounidense de software de seguridad informática global, los secuestros de datos (ransomware) aumentaron un 118% durante los últimos años. Tener una estrategia en seguridad informática que incluya almacenamiento y tratamiento de datos, depuradores de datos, bloqueo de ataques maliciosos, entre muchos otros requerimientos de TI, son indispensables para hacerle frente a los intentos de penetración en los sistemas de información.

Por su parte, la protecciones de bienes también es igual de importante, de hecho, en el año de 1994, en la ciudad de Valledupar (Colombia) se presentó uno de los robos a entidades financieras más recordados de las últimas décadas en Latinoamérica. En esa oportunidad, los delincuentes se apoderaron de un millonario monto que ascendía a una cifra cercana a los 30 millones de dólares de la época. El hecho se registró sin realizar un solo disparo, vulnerando todos los sistemas de seguridad del banco.

Este caso sirve para ejemplificar que, si no se le da la importancia que se merece al tema de control de acceso en bancos, se corren riesgos innecesarios que más pronto que tarde traerán vulnerabilidades.

Ingresos a zonas de riesgo por personal no autorizado y hurto de activos son algunos de los puntos débiles que han identificado organismos como el Banco de Pagos Internacionales (BIS). A ellos se ven expuestos los bancos que no cuentan con un sistema de control de acceso adecuado para sus funcionarios.

Aunque la seguridad bancaria cada vez cuenta con más tecnología y herramientas de protección, esto no significa que los robos hayan desaparecido. Si bien es cierto que los hurtos a las entidades bancarias se han reducido en un 50% durante las últimas décadas, según la Asociación Española de Banca, también es una realidad que los delincuentes no se detienen en su afán de descifrar y vulnerar los sistemas más avanzados.

Hacer frente a esta realidad no es una misión imposible. Se trata de contar con las herramientas necesarias y el respaldo de un aliado estratégico en seguridad, que dé la tranquilidad y apoyo constante ante cualquier situación o eventualidad.

Otro aspecto a tener en cuenta son los robos a manos de los propios trabajadores. La multinacional Alto, una de las empresas líderes en prevención, disuasión y disminución de pérdidas ocasionadas por delitos patrimoniales, y con operación en varios países de Latinoamérica, señala que el 67 % de robos en las empresas lo cometen sus propios empleados. De ahí que se haga necesario contar con sistemas de seguridad completos y modernos para enfrentar estos desafortunados casos.

Por eso, el tema debe ser visto de una manera integral, en donde converjan las tradicionales y siempre efectivas herramientas de acceso físico. Ahora se le suman nuevas tecnologías cada vez más confiables y seguras, como por ejemplo las soluciones de acceso móvil.

Identificar necesidades, conocer las opciones que existen en el mercado, y contar con asesoría personalizada, permitirá escoger las mejores alternativas.

Combinación efectiva

El mundo del control de acceso no se detiene. Su evolución constante hace que cada día existan nuevas herramientas a disposición de los encargados de la seguridad bancaria.

El siempre confiable control de acceso físico, sin duda, significó un antes y después en lo que respecta a seguridad en entidades financieras. Desde las puertas esclusas, tecnología que no permite que las dos puertas queden abiertas al mismo tiempo, pasando por los identificadores de tarjetas, los controladores de puerta, los sistemas de lectura de tarjeta inteligente sin contacto y las herramientas biométricas, son algunas de las opciones de uso frecuente, las cuales han demostrado con el paso del tiempo altos estándares de seguridad y confiabilidad.

Una de las opciones más novedosas, y a la que cada vez se le suman más adeptos del mundo financiero, es la del control de acceso móvil. Esta tecnología consiste en usar un dispositivo móvil, ya sea un teléfono inteligente, una tableta, o un reloj, para acceder a puertas, compuertas, bóvedas, redes, servicios y otros espacios de acceso restringido.

Los lectores de credenciales móviles ofrecen cobertura de largo alcance y pueden ser instalados en el interior del banco, reduciendo así las posibilidades de robo. Es importante tener en cuenta que, para utilizar el control de acceso móvil, es suficiente con acercarse al lector con el dispositivo.

La tecnología móvil es un sistema dual, conformado por una aplicación para los usuarios y una plataforma web para los administradores, en la cual se gestiona el sistema de control de acceso y se le da permiso o restringe el ingreso a determinados sitios a las personas que tienen la app; la autorización y el usuario para acceder.

El control de acceso móvil, además, permite obtener información en tiempo real de quiénes salen o quiénes entran en recintos, oficinas, bóvedas, o cualquier otro lugar custodiado por el sistema.

Lo recomendable (y mientras se haga la migración total hacia esta tecnología) es la combinación del uso tradicional de acceso físico y de forma paulatina la incorporación de la tecnología móvil. En la actualidad, existen lectoras que identifican tanto las credenciales físicas como las móviles, lo que se convierte en una opción ideal en esta etapa de transición.

Seguridad y protección de datos: dos pilares para tener en cuenta

Más allá de las ventajas competitivas que pueda ofrecer cualquier sistema de control de acceso, sin duda los aspectos más valorados por los jefes de seguridad y gerentes de los bancos son precisamente la seguridad y la protección de datos.

Con el acceso móvil, las credenciales son gestionadas de forma directa desde un portal de internet fiable, en donde se anula y bloquea de manera remota e inmediata, y desde todo lugar, cualquier intento de penetración al sistema bancario. Adicionalmente, en caso de pérdida o robo del dispositivo se puede desactivar rápidamente desde la nube.

En lo que respecta a la protección de datos, tema sensible para la mayoría de personas, los retos apuntan a hacer pedagogía y sensibilizar a todo el personal bancario. Esta tecnología ha sido sometida de manera constante a distintas pruebas, arrojando siempre índices de seguridad muy altos, los cuales garantizan la protección de los datos personales almacenados en todos los dispositivos móviles.

Las bondades, efectividad y confort de las nuevas tecnologías de los sistemas de control de acceso ya son de uso común en muchas partes del mundo.

En Latinoamérica, tres de los más importantes bancos chilenos adquirieron recientemente lectoras y tarjetas de HID Global, las cuales están en la capacidad de utilizar en cualquier momento la tecnología móvil. Si bien todavía algunos de estos bancos no han llegado a aplicar estas soluciones de credencialización virtual, para el 2022 su uso empezará a crecer de manera paulatina.

Si le seduce la idea de implementar el control de acceso móvil en su banco, empresa o negocio, la recomendación imprescindible es la de no dejar esta decisión a expensas de la improvisación. Lo mejor es analizar el mercado y decantarse por un proveedor con trayectoria y tecnología de punta, el cual le garantice la seguridad tanto en entornos físicos como virtuales.

El control de acceso es mucho más que unas simples llaves que sirven para abrir puertas. Su implementación se convierte en su mejor aliado de seguridad, que lo blindará por completo y le dará la posibilidad de tener sus activos en lugares cada vez más impenetrables.

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